jueves, 19 de agosto de 2010

Martha S. Velásquez / 2 poemas y una prosa



INMUTABLE


No me explico corazón

cuál es tu juego,

si te di privilegios sin medida

te inventé un santuario en lo secreto

y me jugué contigo la existencia

para darle potestad a tus caprichos.



Sin opción para amar, hoy me encuentro

esclava de tu absurdo arbitraje,

subsistiendo en el murmullo de un latido;

tu infame proceder y mi desencanto.



Dime, entonces, corazón

cuál es tu sabiduría,

si escucho tu palpitar equilibrado

oponiéndose a todo sentimiento,

que transforma lo real en utopía

y el amor en liviandad e indiferencia.



De sublime entidad imponderable

pasas a ser tan sólo un engranaje

--mecanismo de vida hecho carne--

que no puedo arrancarlo de mi pecho,

porque muero por seguir amando.


*


ESPÍRITU DEL TIEMPO



En la mansedumbre del agua

--mas no en la corriente--

se ahonda, perenne, el espíritu del tiempo

que circula por mí

entre sonámbulos sueños,

hechos de viento, cielo y horizontes.



Se hacen indescifrables

--equivocadamente tangibles--

los indicios de lo que ya no existe.

Huellas asidas a frágiles riberas

del vacío más profundo,

cual paisaje del ayer

que reposa en la clarividencia

de la perpetua memoria.



La mirada perdida en el entorno

de mi sentir mudable,

deja escapar mi presencia etérea

con destino a la eternidad.

Y hoy cuando me acecha

un viejo cansancio fragmentado

--que se abraza a lo finito de la vida--

se define mi única certeza en este instante:

seré inmortal mientras viva.


*


CUANDO TE HAYAS IDO


Cuando te hayas ido, se repetirá la noche en mi soledad. Ya no sabré dónde buscarte, como antes y será más intensa la noche en mis ojos tristes. Tus pasos tomarán un rumbo inusitado y agobiará mis ansias, al buscarte entre la gente, en las calles, en el aire, en cualquier espacio, hasta encontrar una huella viva de tu ausencia.

Cuando te hayas ido, como la bruma en los días de verano, serás de nuevo una presencia ignota bajo el sol de alguna tarde, que no será mi propia tarde. Lo único que impedirá mis lágrimas, al sentir tu recuerdo arañando mi piel, será tu nombre pronunciado hasta el cansancio en el silencio de mis intactos sueños.

Nada, entonces, menguará el olvido que habrá de llegar, ni el llanto triste, como lluvia pasajera, que alivia mi esperanza contra el hastío, en ese rincón de las absurdas horas. Pero si decides algún día regresar, hazlo sin el cúmulo de penas, ya las habré sufrido por ti. Regresa sin ausencias que yo te esperaré en las estancias, habitadas aún, por nuestro ayer.

***

Martha Senovia Velásquez-  Poeta, pintora, graduada como maestra y artista plástica. Actualmente se desempeña como profesora de educación artística en el municipio de Sabaneta. Participó en diversos talleres de poesía de la ciudad con poetas como Juan Manuel Roca, William Ospina, Juan Calzadilla de Venezuela y Clemente Padín de Uruguay (poesía Experimental). Publicó Heridas y otros poemas en 1996, y Selección poética de Sabaneta en 2004. Ganó el primer puesto de poesía inédita 2005 en dicha ciudad así como el primer concurso de cuento Gay en Medellín, 2004. Ha obtenido de igual manera varias distinciones en foros de internet por sus poemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario